jueves, 18 de noviembre de 2010

Domingo, 7 de noviembre, 2010

Luis Barreiro: Me despierto muy ilusionado, alrededor de las 8:00 de la mañana, he dormido bastante bien, habíamos quedado a las 13:00 en Cambados los tres, para subir a los viajeros, falta preparar el equipaje para los 4 días previstos de viaje, hemos quedado en que solo lo imprescindible, dos mudas de ropa en una bolsa lo mas pequeña posible, una chaqueta por si acaso y muy poco mas, ya que no hay sitio en la cabina del furgón para mucho mas. Al final paso primero a recoger a Berto en una furgoneta pequeña.
A la una en el refugio, es un día raro, en un principio veo a mucha gente emocionada, que tras haber acicalado al máximo a los perros viajeros el dia anterior los miman y ordenan para que unos viajen al lado de otros, que se llevan muy bien al llevar la friolera de 4 años juntos en un espacio muy reducido. A Olga se le escapan lagrimas, (no es la única, veo a dos niñas de unos 9 ó 10 años tambien llorando), no se si es de pena al separarse de ellos, o de alegría al saber que hacia donde viajan tendrán una vida como la que se merecen, intento sacar alguna sonrisa de los voluntarios y voluntarias que allí están, pero resulta casi imposible, la emoción es demasiada es mejor irse cuanto antes.
Una vez todos los viajeros dentro del vehículo, no se si es paranoia nuestra pero algunos tenían cara de pena, como si se estuvieran despidiendo, agradeciendo el trato recibido y otros estaban muy felices, a lo mejor sabían que dentro de unas cuantas horas se encontrarían con unos nuevos dueños  ó en algún caso su primera familia después del refugio.
A las 13:20 de la tarde y a muchos kilometros del próximo hogar de los animales, salimos de Cambados con unas ganas enormes de llegar y
porque no decirlo con cierto miedo a lo que acontezca durante el viaje, por mi parte es el viaje más largo que voy a realizar por carretera.

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