Por las caras autopistas francesas

Ya bien entrados en Francia, volvemos a parar para comprobar que todos van bien, tomar un cafecito y estirar las piernas y las patas también, Fran que es el encargado de elegir quien baja saca a los tres cachorritos que están en el ultimo trasportín y que no han salido durante todo el viaje y los suelta en el área de servicio, donde el francés encargado de la cafetería nos observa con cara de asombro y pregunta a donde vamos ó algo parecido, le respondemos de cachondeo que a un restaurante chino de aquí cerca, y el tío se mete en la tienda con una cara muy rara, contestando no, no, no, a lo que nos ve riendo y se da cuenta que es una broma. Otra broma se la gastan los cachorritos haciendo “PIPI” en la alfombra de la entrada, justo debajo del cartel de la foto, no han entrado a la tienda, estaba prohíbido, pero seguro que ha quedado gravado. Una vez pasados por el baño y comprado fruta y algún RED BULL nos vamos.